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La Playa de La Concha, en San Sebastián, es uno de los arenales más icónicos de España y de la Costa de Guipúzcoa.
Su característica forma de concha, que da nombre a la playa, está enmarcada por el Monte Igueldo y el Monte Urgull, con la Isla de Santa Clara en el centro de la bahía, creando un paisaje único y espectacular.
Con más de 1.300 metros de longitud, la Playa de La Concha es perfecta tanto para el baño como para la práctica de deportes acuáticos como el paddle surf o el kayak. Sus aguas tranquilas y su arena dorada la convierten en un destino ideal para familias y visitantes que buscan relajarse junto al mar.
El paseo marítimo de La Concha, con su icónica barandilla blanca, es un lugar perfecto para pasear mientras se disfruta de la brisa marina y las vistas panorámicas. A lo largo del recorrido, se encuentran edificios emblemáticos como el Palacio de Miramar, antigua residencia veraniega de la realeza española.
Gracias a su belleza, ambiente elegante y ubicación privilegiada, la Playa de La Concha es un destino imprescindible para quienes visitan San Sebastián.
La Playa de Ondarreta, en San Sebastián, es uno de esos rincones donde el Cantábrico se muestra amable y acogedor.
Situada al pie del majestuoso Monte Igueldo y frente a la pequeña Isla de Santa Clara, esta playa ofrece un entorno sereno que invita a disfrutar de la costa de una forma tranquila y familiar.
Su arena dorada y su amplitud la convierten en el lugar perfecto para quienes buscan relajarse sin las aglomeraciones habituales de otras zonas. La Playa de Ondarreta combina naturaleza y elegancia.
A un lado, jardines cuidados y villas señoriales miran al mar; al otro, el paseo marítimo conecta con el famoso Peine del Viento, obra de Eduardo Chillida, que pone un broche de arte al paisaje.
Durante el verano, sus aguas suaves son ideales para el baño y los deportes acuáticos, mientras que en invierno ofrece paseos inolvidables bajo cielos dramáticos y olas impresionantes. Tanto familias como viajeros en busca de calma encuentran en la Playa de Ondarreta un refugio perfecto.
Es el escenario ideal para tender una toalla, leer, jugar en la arena o simplemente dejarse llevar por el rumor constante de las olas. Una joya de San Sebastián que enamora en cualquier estación.
La Parte Vieja de San Sebastián es el corazón palpitante de la ciudad, un laberinto de calles estrechas llenas de vida, historia y sabores.
Caminar por esta parte de San Sebastián es retroceder en el tiempo, descubriendo iglesias centenarias, plazas animadas y edificios que conservan todo el encanto del pasado. Cada rincón respira autenticidad, desde la imponente Basílica de Santa María del Coro hasta la bulliciosa Plaza de la Constitución, con sus fachadas numeradas que recuerdan su pasado como antigua plaza de toros.
Pero si hay algo que define la Parte Vieja de San Sebastián, es su incomparable ambiente gastronómico. Aquí, los bares de pintxos son una auténtica institución. Cada barra, repleta de pequeñas obras de arte culinario, invita a una ruta de sabores donde la creatividad y la tradición se dan la mano. Entre bocado y bocado, se escucha el murmullo de los locales, el tintinear de las copas y el aroma irresistible que escapa de cada cocina.
Ya sea de día, disfrutando de un paseo entre tiendas y monumentos, o de noche, viviendo su animada vida social, la Parte Vieja de San Sebastián ofrece una experiencia única.
Un lugar donde cada paso cuenta una historia y cada parada deja un recuerdo imborrable.
La Catedral del Buen Pastor, en San Sebastián, se alza elegante en el centro de la ciudad, como un faro espiritual y arquitectónico que domina el paisaje urbano. Construida a finales del siglo XIX, esta catedral de estilo neogótico impresiona desde lejos con su aguja de 75 metros, que apunta al cielo y sirve de guía tanto para fieles como para visitantes curiosos.
Al acercarse, la piedra arenisca de sus muros, extraída del monte Igeldo, revela matices cálidos que contrastan con la sobriedad de sus líneas góticas.
Al cruzar sus puertas, la Catedral del Buen Pastor envuelve con una atmósfera de serenidad. Sus altos ventanales de vidrieras coloreadas inundan el interior de una luz tamizada que invita a la contemplación, mientras el sonido del órgano, uno de los más grandes de Europa, resuena de vez en cuando en sus amplias naves.
La Catedral del Buen Pastor no es solo un templo de culto; es también un símbolo de la identidad donostiarra.
Su ubicación, entre el bullicio de las calles comerciales y la calma de los parques cercanos, la convierte en un lugar perfecto para hacer una pausa y admirar la historia viva de San Sebastián. Visitarla es descubrir una parte esencial del alma de la ciudad.
La Basílica de Santa María del Coro, en pleno corazón de la Parte Vieja de San Sebastián, es uno de esos lugares que enamoran a primera vista.
Su imponente fachada barroca, flanqueada por torres y detalles esculpidos en piedra, parece dar la bienvenida a quienes recorren las estrechas calles del casco antiguo. Frente a ella, la animada calle Mayor se convierte en un escenario perfecto para admirar la elegancia atemporal de este templo.
Al adentrarse en la Basílica de Santa María del Coro, el visitante descubre un interior que combina la solemnidad gótica con la riqueza ornamental del barroco. Su impresionante bóveda, las capillas laterales llenas de arte religioso y el retablo mayor, que preside el altar, envuelven el espacio en una atmósfera de recogimiento y asombro.
Todo invita a detenerse, a mirar cada detalle, a dejarse llevar por la serenidad que emana de sus muros. Visitar la Basílica de Santa María del Coro es mucho más que una parada cultural; es sumergirse en la historia viva de San Sebastián.
Tanto si eres amante del arte como si simplemente buscas un rincón especial, esta joya arquitectónica te conquistará con su belleza y su espíritu eterno.
El Museo San Telmo es uno de esos espacios que capturan la esencia de San Sebastián en cada rincón.
Situado a los pies del Monte Urgull, este museo no solo destaca por su colección, sino también por la belleza singular de su edificio: un antiguo convento del siglo XVI que convive en perfecta armonía con una ampliación moderna cubierta de vegetación.
La historia y la vanguardia se abrazan en un entorno que invita a recorrer el pasado y el presente de la cultura vasca.
Visitar el Museo San Telmo es sumergirse en un relato fascinante sobre la evolución de la sociedad vasca. Desde piezas arqueológicas que hablan de sus orígenes hasta obras de arte contemporáneo que reflejan su espíritu dinámico, cada sala ofrece una nueva perspectiva.
Especialmente impactantes son los murales de Josep Maria Sert, que cubren la antigua iglesia con escenas cargadas de simbolismo. Además, el Museo San Telmo no se conforma con ser un guardián del pasado.
Sus exposiciones temporales y actividades culturales lo convierten en un espacio vivo, siempre en diálogo con la actualidad.
El Museo San Telmo es, sin duda, una parada imprescindible para quien quiera descubrir San Sebastián más allá de sus playas y su gastronomía.
El Teatro Victoria Eugenia es mucho más que un edificio emblemático en San Sebastián: es el corazón cultural de la ciudad, un lugar donde el arte y la historia se dan cita desde hace más de un siglo. Inaugurado en 1912 junto al río Urumea, su elegante fachada de estilo neoplateresco y su imponente presencia han sido testigos de los grandes momentos culturales de Donostia, incluido el nacimiento del prestigioso Festival Internacional de Cine.
Entrar en el Teatro Victoria Eugenia es sumergirse en un ambiente de sofisticación y belleza. Su interior, con una sala principal adornada por frescos y molduras de época, envuelve al espectador en una experiencia escénica única.
Aquí se han representado óperas, conciertos, obras de teatro y proyecciones cinematográficas que han hecho vibrar al público durante generaciones.
Tras su cuidada rehabilitación, el Teatro Victoria Eugenia ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, sin perder su esencia.
Hoy sigue siendo un espacio vivo, que combina tradición y modernidad, acogiendo una programación variada durante todo el año. Visitarlo es descubrir un trozo del alma de San Sebastián, donde cada función, cada aplauso y cada nota musical resuenan con la elegancia de un teatro que nunca ha dejado de latir.
El Monte Igueldo, en San Sebastián, es uno de los lugares más emblemáticos y mágicos de la ciudad. Desde su cima, las vistas panorámicas son simplemente inolvidables: la bahía de La Concha, la isla de Santa Clara, los tejados de la Parte Vieja y el Cantábrico extendiéndose hasta el horizonte crean una postal perfecta que enamora a cualquiera.
Subir al Monte Igueldo en su antiguo funicular, en funcionamiento desde 1912, ya es una experiencia que conecta con la historia y la tradición donostiarra.
Una vez arriba, el visitante se encuentra con un encantador parque de atracciones de estilo retro, con tiovivos, coches de choque y otras atracciones que parecen detenidas en el tiempo. Es un lugar ideal tanto para familias con niños como para quienes desean revivir momentos nostálgicos con una sonrisa.
El faro y la torre de vigilancia ofrecen rincones tranquilos para contemplar el paisaje, sacar fotos espectaculares o simplemente respirar el aire marino.
El Monte Igueldo no es solo un mirador, sino una experiencia completa: diversión, historia y paisajes de ensueño en un mismo lugar.
Quien lo visita una vez, entiende por qué es uno de los rincones más queridos de San Sebastián. Sin duda, una parada imprescindible.
El Parque de Aiete, en San Sebastián, es uno de esos rincones que sorprenden por su belleza serena y su aire señorial.
Lejos del bullicio del centro, este extenso jardín invita a pasear con calma entre árboles centenarios, senderos de tierra y rincones llenos de historia. Aquí, la naturaleza y la arquitectura dialogan con armonía, creando un espacio ideal para desconectar, leer bajo la sombra o simplemente dejarse llevar por el entorno.
En lo alto del Parque de Aiete se alza el palacio homónimo, una elegante construcción que fue residencia de verano de la realeza y hoy alberga la Casa de la Paz y los Derechos Humanos.
Su presencia silenciosa da carácter al parque, que se completa con un pequeño estanque, una gruta artificial y zonas ajardinadas que cambian de color con cada estación.
Además, el Parque de Aiete ofrece una propuesta cultural y familiar muy atractiva. Cuenta con una biblioteca, áreas infantiles, y organiza actividades que lo mantienen vivo durante todo el año.
Es un lugar perfecto para quienes buscan otra cara de San Sebastián, más tranquila, íntima y llena de encanto. Un espacio que no solo se visita, sino que se vive, paso a paso, en cada rincón.
El Peine del Viento es uno de los rincones más mágicos y simbólicos de San Sebastián. Al final de la playa de Ondarreta, donde la ciudad se encuentra con el mar abierto, tres esculturas de acero abrazan las rocas y desafían al oleaje del Cantábrico.
Diseñado por el artista Eduardo Chillida junto al arquitecto Luis Peña Ganchegui, este conjunto artístico no solo adorna el paisaje: lo transforma en una experiencia sensorial.
El viento silba entre las formas, las olas rompen con fuerza y, en los días de mar agitado, los surtidores del suelo soplan aire y agua, creando un juego inesperado con los visitantes.
En el Peine del Viento, el arte no se contempla desde la distancia; se siente, se escucha, se vive. Es un lugar que habla de fuerza, permanencia y diálogo con la naturaleza.
El entorno añade aún más encanto: al pie del Monte Igueldo, con vistas que se pierden en el horizonte, el Peine del Viento ofrece un momento de pausa, de conexión con el paisaje y de reflexión.
No es solo una escultura; es un símbolo de San Sebastián y una parada imprescindible para quien busca belleza, emoción y arte al aire libre.
Me ha encantado, es una ciudad preciosa y muy fácil de caminar. Tiene muchos lugares para visitar. Su temperatura era muy agradable en el mes de febrero.
Ciudad espectacular, limpia y preciosa. Muy buen ambiente. Con ganas de volver en cuanto.podamos
San Sebastián es precioso aunque tiene un clima muy imprevisible.Me ha encantado el casco viejo y la zona de tiendas. Imprescindible el museo de la ciencia.
MARAVILLA DE CIUDAD. CÓMODA, PRECIOSA, UNA AUTÉNTICA AUNQUE VAYAS MIL VECES REPITES. NO LA PUEDES PASAR POR ALTO
Muy bonito pero muy caro, eso que dice la gente con dos pintxos comes nanai, pero merece la pena conocerla.
Una ciudad tan bonita, como cara. La población vascuence no es amable, por lo general, como en el resto de españa.
Precioso todo su playa,monumentos y su ambiente de tapas,bonita ciudad y el monte igueldo inigualable
San Sebastián es una ciudad muy señorial y bastante cara. Los contrastes de los paisajes y los edificios hacen que sea un lugar muy bonito de visitar. Disfrutamos de su puesta de sol en la playa de la Concha.
Una cuidad muy bonita con grandes paseos fluviales y zonas portuarias para disfrutar.
Lo conozco desde hace muchos años,siempre me ha parecido una ciudad preciosa acogedora,las playas super bonitas, la parte vieja con todos sus bares y pinchos y la zona de Gros que es la que más conozco ,ha mejorado mucho,en cuanto ha restaurantes,bodegas y bares.Una ciudad para recomendar.
Una ciudad con mucho encanto. Gente muy amable, mucha zona se restaurantes y bares y una playa espectacular
San Sebastian Donostia es une ciudad sencilla, la concha maravillosa, gambien el puerto y el casco viejo, los bares a tapas etc….
Preciosa ciudad con facilidad de desplazamiento a cualquier zona u otros pueblos o ciudades por su servicio de autobús y taxis. Además tuvimos tiempo soleado...era mi primera vez en San Sebastián y me gustó mucho.
Me ha encantado. Marivillosas vistas, se puede ir caminando a todos sitios. Y encima un tiempo excelente
San Sebastián es una ciudad que tiene mucho para visitar y muchos rincones en los que perderse, vistas desde el monte Igueldo espectaculares y casco antiguo con micos bares de pinchos.
Playa, montaña,... lo tiene todo Recomiendo atardecer desde la playa, Monte Igueldo, heladito en Heladería Arnoldo y pintxos en la el barrio de Gros y Parte Vieja,
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Buena ubicacion. Camas amplias y cómodas. Personal muy amable. Todo muy limpio. Desayuno muy variado. Hotel de 3* con todas las comodidades de un 4*
Quizás que hay bastante ruido en las habitaciones porque tienen acceso a una de las calles principales de la ciudad donde hay ruido de los coches.
Perfecto, muy limpio amplio, fácil aparcamiento, comida del rommservice un lujo. Increíble todo
relacion calidad precio. Ubicado en buena zona de San Sebastian. Cama muy comoda, y el personal atentisimo.
Por poner una pega, que de la ducha se salia bastante agua al ducharse, pero solo por poner algo.
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Que voy a contar de San Sebastián, una de las ciudades mas atractivas de España, con sus espectaculares playas , rodeada de montañas y su más que reconocida gastronomía.