Hoteles en Puerto Del Carmen

Playa Chica

La Playa Chica, en Puerto del Carmen, es uno de esos lugares que enamoran por su sencillez y belleza natural.

Esta pequeña cala, protegida por formaciones rocosas volcánicas, ofrece aguas cristalinas y un ambiente íntimo que la distingue de otras playas más extensas de la zona. Es el rincón perfecto para quienes buscan tranquilidad, lejos del bullicio, pero sin renunciar a los encantos del litoral lanzaroteño.

Uno de los grandes atractivos de la Playa Chica es su vida marina. Sus fondos son tan ricos y variados que se ha convertido en un lugar muy popular para practicar snorkel y buceo. No es raro ver grupos de buceadores explorando sus cuevas y arrecifes naturales, donde conviven peces de colores, pulpos y otras especies que encuentran refugio entre las rocas.

Además, su proximidad al centro de Puerto del Carmen la hace accesible, pero su pequeño tamaño y entorno natural le dan una sensación de aislamiento que encanta.

La Playa Chica es ideal para pasar un día de descanso, nadar en aguas calmadas o ver la puesta de sol con los pies en la arena. Una joya discreta que, una vez descubierta, se convierte en lugar favorito para repetir.

Playa de los Pocillos

La Playa de los Pocillos es una de las joyas costeras de Puerto del Carmen, en Lanzarote. Con más de un kilómetro de longitud, esta playa de arena dorada y aguas tranquilas es ideal para quienes buscan un ambiente relajado y familiar. Su amplitud permite disfrutar de largos paseos junto al mar, practicar deportes acuáticos o simplemente descansar bajo el sol.​

Ubicada junto a la animada Avenida de las Playas, la Playa de los Pocillos cuenta con una amplia gama de servicios que incluyen alquiler de hamacas y sombrillas, duchas, aseos y acceso para personas con movilidad reducida. Además, su paseo marítimo está repleto de restaurantes y tiendas que complementan la experiencia playera.​

La Playa de los Pocillos es también un lugar perfecto para disfrutar de las puestas de sol, con vistas panorámicas que capturan la esencia de Lanzarote. Su entorno natural y su ambiente tranquilo la convierten en una opción ideal para quienes desean combinar relax y comodidad en un solo lugar.​

Visitar la Playa de los Pocillos es sumergirse en un entorno donde la serenidad del mar y la belleza del paisaje se unen para ofrecer una experiencia inolvidable.

Rancho Texas Park

Adentrado en la principal zona turística de Lanzarote se encuentra el Rancho Texas Park. La localidad de Puerto del Carmen acoge a este parque temático en el que se pueden admirar especies exóticas, tanto aves como reptiles, animales marinos y disfrutar en su zona acuática.

Rancho Texas Park es capaz de combinar actividades de ocio con exhibiciones o con el conocimiento sobre la conservación de la fauna silvestre y la biodiversidad. Las exhibiciones que se pueden ver en este parque son: aves rapaces, leones marinos, cacatúas y guacamayos  y por último, el cowboy Mister Dakota muestra su habilidad con el lazo y el látigo de vaquero. También se pueden ver cocodrilos, conejos, bisontes, reptiles, un tigre de bengala albino.

Para los más pequeños el Rancho Texas Park ofrece paseos en pony, deslizar por una tirolina, nadar en un a piragua o jugar en las instalaciones que dispone el parque. Otro reclamo de este parque es el corral del agua, un espacio dentro del parque donde se puede bañar en las piscinas, realizar diversos juegos acuáticos. Esta zona consta de sombrillas, tumbonas, servicios, duchas, vestuario y bar.

Iglesia de Nuestra Señora del Carmen

La Iglesia de Nuestra Señora del Carmen es un símbolo de identidad y tradición en Puerto del Carmen, Lanzarote. Ubicada en el corazón del antiguo pueblo pesquero, esta iglesia blanca y sencilla refleja la esencia marinera de la localidad.

Su arquitectura modesta, con líneas limpias y una pequeña torre campanario, se integra armoniosamente con el entorno costero.​

Construida en honor a la patrona de los marineros, la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen es el epicentro de las festividades locales cada mes de julio. Durante estas celebraciones, la imagen de la Virgen es llevada en procesión por las calles y el mar, acompañada de barcos engalanados, música y devoción popular. Este evento no solo es una manifestación religiosa, sino también una muestra del fuerte vínculo entre la comunidad y el océano.​

Además de su valor espiritual, la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen ofrece un espacio de recogimiento y paz para residentes y visitantes. Su interior, aunque austero, invita a la reflexión y al descanso del bullicio turístico.

Visitarla es adentrarse en la historia viva de Puerto del Carmen y comprender la profunda conexión de sus gentes con el mar.

Plaza del Varadero

La Plaza del Varadero es uno de los rincones con más alma de Puerto del Carmen, donde la historia marinera y el ambiente local se mezclan con la tranquilidad del mar.

Situada frente al antiguo puerto, esta plaza conserva ese aire auténtico de pueblo pesquero, donde las barcas aún descansan junto a la orilla y los vecinos comparten historias al atardecer.

Durante el día, la Plaza del Varadero se llena de vida con su mercadillo artesanal, donde se pueden encontrar productos locales, arte, joyería y delicias tradicionales. Es un lugar perfecto para pasear sin prisa, tomar un café con vistas al mar o simplemente observar cómo transcurre la vida cotidiana de la isla.

Por la noche, la plaza cobra un nuevo ritmo con la música en directo y los restaurantes que ofrecen pescado fresco y vinos volcánicos.

La Plaza del Varadero también es escenario de festividades populares, donde se celebran conciertos, bailes y procesiones que mantienen viva la cultura de Lanzarote. Es un espacio abierto, acogedor y lleno de historia, donde cada rincón invita a quedarse un poco más.

Puerto Calero

Puerto Calero es uno de los destinos más elegantes y tranquilos del sur de Lanzarote. Este puerto deportivo, rodeado de yates y embarcaciones de lujo, ofrece una experiencia diferente al bullicio turístico habitual.

Pasear por sus muelles es disfrutar de una atmósfera relajada, con la brisa marina acariciando el rostro y las terrazas llenas de vida, perfectas para tomar algo con vistas al Atlántico.

La arquitectura de Puerto Calero destaca por su cuidado diseño, con edificios blancos, jardines bien mantenidos y un paseo marítimo salpicado de boutiques, galerías de arte y restaurantes. Es un lugar donde se respira exclusividad sin resultar inaccesible, ideal para quienes buscan un rincón sereno donde desconectar.

Además del encanto visual, Puerto Calero es también punto de partida para excursiones en catamarán, salidas de pesca deportiva o rutas en barco que exploran la costa sur de la isla.

También cuenta con un museo de cetáceos y una agenda cultural activa, que incluye exposiciones y actividades al aire libre. Visitar Puerto Calero es dejarse llevar por el ritmo pausado de la vida junto al mar.

Yacimiento Arqueológico de Zonzamás

El Yacimiento Arqueológico de Zonzamás es uno de los enclaves más fascinantes de la historia prehispánica de Lanzarote.

Situado en el centro de la isla, este lugar ofrece una ventana única al pasado de los antiguos majos, los primeros pobladores de Lanzarote, que habitaron la zona siglos antes de la conquista europea.

Las estructuras que aún se conservan, como la llamada “Casa del Rey”, permiten imaginar cómo era la vida en estas tierras áridas y volcánicas.

Pasear por el Yacimiento Arqueológico de Zonzamás es adentrarse en un paisaje de lava y silencio, donde los restos de viviendas, silos y construcciones circulares se integran en el terreno como si siempre hubieran estado ahí. La historia se palpa en cada piedra, en cada forma tallada con sencillez, pero cargada de significado. El entorno, rodeado de volcanes y cielo abierto, potencia aún más la sensación de estar frente a un legado milenario.

El Yacimiento Arqueológico de Zonzamas no solo es importante por su valor histórico, sino también por su simbolismo cultural. Representa la identidad aborigen de Lanzarote y conecta a los visitantes con las raíces más profundas de la isla.

Parque Nacional de Timanfaya

El Parque Nacional de Timanfaya es una muestra viva de la fuerza volcánica que dio forma a Lanzarote. Caminar por este paisaje es como pisar otro planeta: tierras rojizas, montañas de fuego, coladas de lava solidificada y un silencio casi sagrado lo envuelven todo.

Declarado parque nacional en 1974, protege un extenso territorio que fue transformado por erupciones ocurridas entre 1730 y 1736, una de las más intensas que se recuerdan en Canarias.

Visitar el Parque Nacional de Timanfaya es una experiencia sensorial única. El calor se siente bajo los pies, el olor a azufre se escapa de la tierra y, en algunos puntos, el agua vertida en el suelo emerge como vapor en segundos, demostrando que el fuego aún vive bajo la superficie. La Ruta de los Volcanes, que se recorre en autobús, permite adentrarse sin alterar este entorno tan delicado.

Además del espectáculo natural, el Parque Nacional de Timanfaya alberga el restaurante El Diablo, donde se cocinan alimentos aprovechando el calor geotérmico.

Todo en este lugar habla de la convivencia entre el ser humano y una naturaleza poderosa, salvaje y bella. Es, sin duda, uno de los rincones más impactantes y memorables de Lanzarote.

Jardín de Cactus

El Jardín de Cactus de Lanzarote es una de las últimas grandes obras de César Manrique, un espacio donde la naturaleza y el arte se combinan de manera excepcional. Este enclave alberga más de 4.500 ejemplares de cactus procedentes de distintos lugares del mundo, creando un paisaje único que destaca por sus formas y colores.

El diseño del Jardín de Cactus aprovecha una antigua cantera de extracción de ceniza volcánica, transformándola en un anfiteatro natural que realza la belleza de las plantas. Los senderos de piedra permiten recorrer cada rincón y admirar la diversidad de especies, desde pequeñas variedades hasta enormes ejemplares de varios metros de altura.

En el corazón del Jardín de Cactus, se encuentra un molino restaurado que antiguamente se usaba para moler gofio, un alimento tradicional canario. Desde lo alto, se puede contemplar el conjunto del jardín y su armonía con el entorno volcánico

Además, el espacio cuenta con una cafetería donde se pueden degustar productos locales en un ambiente tranquilo.

Este jardín es un claro ejemplo del respeto por el paisaje de Lanzarote, ofreciendo a los visitantes una experiencia única en la que la flora y la creatividad se fusionan de manera espectacular.