Hoteles en Playa Cancajos

Salinas de Los Cancajos

Las Salinas de los Cancajos, o como también son conocidas Salinas de Breña Baja, se encuentran ubicadas en el municipio de Breña Baja, al este de la isla de La Palma, cercana a la capital de la misma.

Estas salinas datan de finales del siglo XVIII, iniciativa del Presbiterio Don Miguel González Toledo, vecino de Breña Baja, constituyeron un modelo único en la isla, de inspiración grecorromana, trazado rectangular y rematado por dos cocederos junto al mar, se acceden a través de una portada clásica de cantería la cual da pie a una vivienda de planta rectangular y cubierta de teja árabe a dos aguas. Antiguamente, tanto la lonja como la planta baja estaban destinadas a almacén o cuarto de aperos, mientras que la superior era la zona de vivienda de los dueños de la salina.

Hoy en día lo que se puede ver de las Salinas de los Cancajos son los vestigios de las antiguas salinas que fueron destruidas por acción del mar a mediados del siglo XIX, de forma que parte de del mortero de cal quedó arrasado y al no haber fondos para arreglarla fue abandonada.

Mirador del Risco Alto

El Mirador del Risco Alto es uno de esos rincones especiales que cautivan a primera vista. Situado en el municipio de Breña Baja, en la isla de La Palma, ofrece una panorámica excepcional de la costa este, el océano Atlántico y la Playa de Los Cancajos.

Desde este punto elevado, se puede contemplar cómo el mar se funde con el cielo, mientras el paisaje volcánico y los colores verdes del entorno crean un contraste único.

Acceder al Mirador del Risco Alto es muy sencillo, ya que se encuentra a pocos minutos en coche desde Los Cancajos y Santa Cruz de La Palma.

Es ideal para una parada durante una ruta por el este de la isla, especialmente al amanecer o al atardecer, cuando la luz realza la belleza natural del entorno. Además, cuenta con una pequeña zona de descanso y paneles informativos que permiten interpretar el paisaje.

El Mirador del Risco Alto es perfecto para los amantes de la fotografía, el senderismo o simplemente para quienes buscan un momento de calma con vistas impresionantes.

Si visitas La Palma, no te pierdas este balcón natural que resume la esencia de la isla: tranquilidad, belleza y conexión con la naturaleza.

Mirador de la Cumbrecita

El Mirador de La Cumbrecita es uno de los lugares más impresionantes que ofrece la isla de La Palma. Situado dentro del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, este mirador permite contemplar desde lo alto una de las mayores calderas volcánicas del mundo, rodeada de abruptos barrancos, bosques de pino canario y un silencio que invita a la contemplación.

Desde el Mirador de La Cumbrecita se puede disfrutar de una vista panorámica única del interior de la caldera, donde el verde intenso del paisaje contrasta con las paredes volcánicas que la rodean. Es un lugar perfecto para hacer fotos, respirar aire puro o simplemente sentarse a admirar la belleza del entorno.

El acceso en coche está regulado para proteger este enclave natural, por lo que es necesario reservar plaza de aparcamiento con antelación, lo que garantiza una visita tranquila y sin aglomeraciones. También es punto de partida de rutas de senderismo, como el sendero hacia el Lomo de las Chozas, ideal para quienes desean caminar y disfrutar de más vistas espectaculares.

Visitar el Mirador de La Cumbrecita es una experiencia imprescindible en La Palma, una invitación a conectar con la naturaleza en su estado más puro y sobrecogedor.

Iglesia Matriz de El Salvador

La Iglesia Matriz de El Salvador es uno de los principales templos religiosos de Santa Cruz de La Palma y de toda la isla. Construida a comienzos del siglo XVI, representa un ejemplo destacado de la arquitectura renacentista en Canarias.

Su fachada, elaborada en piedra volcánica, recuerda un arco de triunfo romano, y está acompañada por una imponente torre que resalta sobre el casco histórico de la ciudad.

El interior de la Iglesia Matriz de El Salvador presenta una planta de tres naves separadas por columnas toscanas, y un magnífico artesonado de estilo mudéjar que cubre el techo. Entre sus elementos más destacados se encuentra el retablo mayor de estilo neoclásico y un lienzo de la Transfiguración, obra del pintor sevillano Antonio María Esquivel.

Durante las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen, la Iglesia Matriz de El Salvador adquiere un papel protagonista, al acoger la imagen de la Virgen de las Nieves, patrona de La Palma.

Es, sin duda, un lugar de gran valor espiritual, histórico y artístico, que refleja la profunda religiosidad y el patrimonio cultural de la isla. Visitarla es una parada obligatoria en Santa Cruz de La Palma.

Santuario Nuestra Señora de las Nieves

El Santuario de Nuestra Señora de las Nieves es uno de los lugares más especiales de La Palma, tanto por su valor religioso como por su belleza artística y natural.

Situado en una ladera rodeada de vegetación, a escasos kilómetros de Santa Cruz de La Palma, este templo guarda la imagen de la patrona de la isla, profundamente venerada por los palmeros desde hace siglos.

El edificio actual del Santuario de Nuestra Señora de las Nieves, de estilo tradicional canario, presenta una sola nave con techumbre de madera y un hermoso retablo barroco que enmarca a la Virgen de las Nieves, una delicada talla gótica de terracota.

El interior del santuario transmite recogimiento y serenidad, con detalles que hablan de siglos de fe y devoción popular, como los exvotos y los ricos mantos que adornan la imagen.

Una de las tradiciones más significativas ligadas al Santuario de Nuestra Señora de las Nieves es la Bajada de la Virgen, celebrada cada cinco años, en la que la imagen es llevada hasta Santa Cruz entre muestras de fervor y fiesta.

Visitar este santuario es una experiencia única para conectar con la espiritualidad, la historia y la identidad de La Palma, en un entorno tranquilo que invita al silencio y la contemplación.

Castillo de Santa Catalina

El Castillo de Santa Catalina está ubicado en la capital insular de La Palma, Santa Cruz de La Palma. Conocido oficialmente como Real Castillo de Santa Catalina es un monumento declarado como Monumento Histórico Nacional y uno de los símbolos más importantes de la isla. Estuvo activo hasta principios del siglo XIX funcionando también como prisión y cuartel.

El Castillo de Santa Catalina fue construido como fortificación contra los ataques de corsarios y piratas que atacaba la isla regularmente. La primera construcción data de mediados del siglo XVI, pero debido a estos ataques sufrió graves daños y fue entre 1676 y 1701 cuando se terminó finalmente la fortificación que llega a nuestros días. En su inicio estaba compuesto por varios baluartes, muralla y portadas de acceso a la ciudad, hoy en día solo se conserva el que fue el castillo principal.

El Castillo de Santa Catalina copia en su diseño al Castillo de San Cristóbal ubicado en Santa Cruz de Tenerife y presenta una planta cuadrangular con baluartes triangulares en los ángulos.

También cuenta con un amplio terraplén, cuarto de armas, calabozos, polvorín, almacén, casa para el castellano y la guarnición y finalmente un punte de madera sobre el foso.

Ruta de Los Molinos

La Ruta de los Molinos, que parte desde la costa de Los Cancajos, es una de las más singulares y enriquecedoras del este de La Palma.

Este sendero invita a caminar tierra adentro, siguiendo el rastro del agua a través de antiguos canales y molinos que durante siglos abastecieron a la población local.

Desde el inicio, el paisaje costero de arena volcánica da paso a zonas rurales llenas de vegetación, pequeños barrancos y senderos empedrados. A medida que se asciende, el entorno se vuelve más frondoso, y aparecen los primeros restos de molinos hidráulicos, silenciosos testigos de la historia agrícola de la isla.

La Ruta de los Molinos permite descubrir cómo el agua fue aprovechada con ingenio para moler cereal, regar cultivos y sostener comunidades enteras. Muchos de estos molinos han sido restaurados o señalizados, convirtiéndose en paradas llenas de valor cultural y patrimonial.

Además del interés histórico, esta ruta regala al caminante preciosas vistas del océano, del pueblo de San Pedro y de la capital, Santa Cruz de La Palma.

Recorrer la Ruta de los Molinos desde Los Cancajos es una manera de conectar con la memoria de la isla, caminando entre naturaleza, tradición y legado.

Casa Panchito

Casa Panchito es una encantadora casa museo ubicada en el municipio de Breña Alta, en la isla de La Palma.

Esta vivienda tradicional canaria ha sido cuidadosamente restaurada para mostrar cómo era la vida doméstica en la isla hace varias generaciones. Su arquitectura, con techos de madera, paredes gruesas y elementos originales, es un testimonio fiel del estilo rural palmero.

Al visitar Casa Panchito, el visitante se sumerge en un recorrido por estancias que conservan mobiliario antiguo, utensilios de cocina, herramientas agrícolas y objetos cotidianos del siglo XIX y principios del XX. Todo está dispuesto con esmero para transmitir el modo de vida de las familias campesinas de la zona.

Además de su valor histórico, Casa Panchito también cumple una función educativa y cultural. A menudo se organizan talleres, exposiciones temporales y actividades escolares que promueven la conservación del patrimonio y las tradiciones de La Palma.

Este museo etnográfico es una joya discreta pero profundamente significativa. Visitarlo es una forma de viajar al pasado y conectar con las raíces de una isla que ha sabido conservar su identidad a través de sus casas, su gente y su historia. Una parada muy recomendable en Breña Alta.

Museo del Puro Palmero

El Museo del Puro Palmero es una visita imprescindible para quienes desean conocer una de las tradiciones más arraigadas de la isla de La Palma.

Situado en el municipio de Breña Alta, este espacio está dedicado a la historia, el arte y la cultura del tabaco, un cultivo que ha marcado la identidad económica y social de la región durante siglos.

Al entrar en el Museo del Puro Palmero, el visitante se encuentra con un ambiente que combina lo didáctico con lo auténtico. Las exposiciones muestran desde el cultivo del tabaco hasta el proceso de elaboración de los famosos puros palmeros, realizados completamente a mano por artesanos locales. Además, se pueden ver herramientas tradicionales, hojas secas y mesas de torcido, todo ello en un entorno que respira tradición.

Lo más especial del Museo del Puro Palmero es que no solo se contempla, también se vive. Muchos días, los propios puros son elaborados in situ, permitiendo al visitante ver el proceso en directo y comprender el saber hacer que hay detrás de cada pieza.

Este museo es un homenaje a generaciones de tabaqueros y una forma perfecta de acercarse a la historia viva de La Palma. Una visita auténtica, sorprendente y llena de carácter.