Hoteles en Pirineo Aragonés

Aguas Tuertas está situado en el término municipal de Ansó, al que se accede por la selva de Oza. Es verdaderamente un tesoro del Parque Natural de los Valles Occidentales, la cual se trata de un recorrido de ruta perfecto para hacer en familia.

Para llegar hasta Aguas Tuertas, se requiere una pequeña subida superando una caída de agua.

Podrás ver multitud de obras prehistóricas repartidos por sus valles y alrededores, lo cual ofrece una imagen espectacular. Estas construcciones parece ser originarias de alguna de las fases de la Edad el Cobre o Calcolítico. Además,  Aguas Tuertas tiene un dolmen al que da nombre y que suele ser uno de los puntos más fotografiados de toda la zona.

Lanuza es un encantador pueblo situado en el Valle de Tena, en la provincia de Huesca, Aragón.

Rodeado por los impresionantes Pirineos y a orillas del embalse que lleva su mismo nombre, Lanuza es conocido por su belleza natural y su historia. El pueblo estuvo deshabitado durante años debido a la construcción del embalse en la década de 1970, lo que provocó la inundación de gran parte de su territorio.

Sin embargo, en las últimas décadas ha experimentado un renacimiento, gracias a la restauración de sus casas de piedra y tejados de pizarra, que han devuelto su carácter original.

Uno de los grandes atractivos de Lanuza es su privilegiada ubicación junto al embalse de Lanuza, cuyas aguas azules y cristalinas ofrecen un marco incomparable para paseos y actividades al aire libre, como piragüismo o paseos en kayak.

En verano, el pueblo se llena de vida con la celebración del Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur, que tiene lugar en un escenario flotante sobre el embalse, atrayendo a visitantes de todo el mundo.

Lanuza es un destino ideal para quienes buscan tranquilidad, contacto con la naturaleza y la oportunidad de disfrutar de un entorno pintoresco lleno de historia y cultura en los Pirineos.

La Cascada del Sorrosal situada en el camino entre Fragen y Broto, es un salto de agua que representa un atractivo espectacular para los turistas que visitan esta zona próxima al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Es una auténtica obra de arte natural formada por el hielo de un glaciar y el agua de un torrente.

Las vistas son espectaculares y se puede llegar hasta la misma base de la cascada. Además existe una vía ferrata para los más atrevidos.

El Castillo de Aínsa, situado en el encantador pueblo medieval de Aínsa, en el Pirineo aragonés, es una fortaleza que destaca tanto por su valor histórico como por su ubicación privilegiada.

Construido originalmente en el siglo XI, el castillo fue clave en la defensa del Reino de Aragón durante la Reconquista, sirviendo como bastión militar frente a los avances musulmanes. Aunque ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de los siglos, el Castillo de Aínsa conserva gran parte de su estructura original, lo que permite a los visitantes hacerse una idea de su antiguo esplendor.

El castillo cuenta con una gran plaza de armas, rodeada por murallas y torres, desde las cuales se pueden disfrutar de impresionantes vistas del Valle de Cinca y las montañas que lo rodean.

En su interior, se llevan a cabo diferentes eventos culturales, como festivales de música y mercados medievales, que atraen a turistas de toda la región.

El Castillo de Aínsa también alberga el EcoMuseo, un espacio dedicado a la flora y fauna de los Pirineos, donde los visitantes pueden aprender más sobre la naturaleza del entorno.

La ex Catedral de San Vicente de Roda de Isábena se comenzó a construir en el año 956 por orden de Ramón II, conde de Ribagorza y finalizó en el siglo XVII. Es de estilo románico y actualmente es una iglesia parroquial.

Es sin duda la joya más importante del pueblo, tanto que la catedral fue saqueada en 1979 por Erik el Belga, un famoso ladrón de arte en Europa.

En su interior hay tres criptas, una de ellas con los restos de San Ramón en un sepulcro esculpido en el siglo XII. También podrás admirar pinturas románicas del mismo siglo, de las cuales hay que destacar la del Pantocrátor.

Una de las cosas que más atrae de ella, es el maravilloso claustro, construido en el S.XII en cuyo centro se puede ver un gran aljibe.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, ubicado en el corazón del Pirineo Aragonés, es uno de los espacios naturales más impresionantes de España. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este parque abarca espectaculares paisajes montañosos, valles glaciares y una rica biodiversidad que lo convierte en un paraíso para los amantes de la naturaleza y el senderismo.

El parque es conocido por sus cuatro valles principales: Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta, cada uno con su propio encanto.

El valle de Ordesa es el más visitado, con sus majestuosas cascadas, bosques de hayas y abetos, y los imponentes picos que lo rodean, destacando el Monte Perdido, que, con sus 3.355 metros de altura, es el macizo calcáreo más alto de Europa.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido alberga una gran diversidad de fauna, como el quebrantahuesos, el sarrio y el águila real, además de una variada flora que cambia según la altitud.

Este parque ofrece además numerosas rutas de senderismo, que permiten a los visitantes explorar su belleza natural de manera cercana.

La Estación Internacional de Ferrocarril de Canfranc, más conocida como la antigua estación de Canfranc es un imponente edificio con multitud de detalles arquitectónicos de diferentes estilos, que se concibió como gran escaparate de España ante los visitantes extranjeros.

Se creó un paso fronterizo a través de los Pirineos para poder comunicar España con Francia. Aprovechándose la línea que unía Tardienta con Huesca y Huesca con Jaca. Así, tan sólo fue  necesario unir mediante el ferrocarril, a Jaca con Canfranc y abrir el túnel de Somport (finalizado en 1914), situándola en el valle de los Arañones.

Hoy en día, el edificio se encuentra cercado y el acceso es limitado solo a visitas guiadas. No obstante, es posible pasear por los muelles, observar el depósito de máquinas, con su estructura metálica, y las diferentes grúas que aun permanecen a los lados de las vías.