Comentarios Hotel Puente Real

Todo.

Nada.

Ubicación, animación, instalaciones deportivas y comunes. Personal de recepción.

Restos de humedad en cuarto de baño. Apliques del cuarto de baño sueltos, bañera incomoda, colchones no muy cómodos, puertas de las habitaciones antiguas, no hay televisión en el dormitorio solo en el salón, toallas muy finas y pequeñas, restaurante masificado en marzo, distancia a habitaciones.

Buen equipamiento y cercania a la playa.

A excepcion del desayuno, las comidas muy flojitas, mucha ensalada y poco mas: o te lo comes o "no comes".

Mucha amabilidad.

Limpieza habitación.

Las vistas de la habitación. La animación del hotel...

La habitación está preciosa. Pero estaba roto el aire acondicionado y la única solución que nos dieron fue ponernos un ventilador roto. Cuando fui a quejarme a recepción me dieron un ventilador q tenían allí puesto... la verdad es q no creo q sea solución para un hotel de 4 estrellas.

La animación y los camareros.

El todo incluido gold. Tiene reservas de sitios y lo veo un absurdo porque en el comedor (q a veces está lleno) sin embargo está toda la parte acristalada q estaría bien q reservasen algunas mesas para el gold, pero no todas q casi siempre están vacías y el resto del restaurante lleno con gente esperando para poder entrar...

Todo. Nos dieron una habitación con vistas a la playa. La animación, los recepcionistas, los camareros... todo excepcional.

Nada.

La animación.

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La playa lo cerca que está del hotel.

Comidas muy repetitivas y de poca calidad para ser un hotel de cuatro estrellas.

El restaurante y la comida son aceptables.

Todo, un olor a rancio desde que entras en la recepción, las habitaciones como si te teletransportaras a los 80 y durante la estancia te sientes un extranjero , todo el hotel orientado al turismo extranjero, musica, animación, … el personal de recepción muy agrio y déspota, las únicas personas amables de todo el hotel fueron los animadores y el hombre que indicaba dónde aparcar el coche. Es un hotel de 2 estrellas por ponerle algo y por supuesto un hotel donde no volver.